Ryszard Kapuscinski: ‘Para ser buen periodista hay que ser buena persona

MADRID.- Ryszard Kapuscinski concedió su última entrevista en televisión a EL MUNDO TV. Se publicó en EL MUNDO el el 29 de mayo de 2006. El periodista habló de su experiencia como periodista de guerra y reflexionó sobre una profesión que no se encuentra en su mejor momento.
# ¿Es el periodismo un trabajo peligroso?

Cierto tipo de periodismo. El de guerra es peligroso por varias razones: a veces va gente que no conoce los lugares ni las culturas locales y que se encuentran con conflictos muy caóticos. En esas situaciones, es muy difícil entender quién es quién, reconocer la situación, por lo que, a veces, uno pone en peligro su vida. Además, hay culturas donde los jóvenes no tienen sentido del peligro. En Sierra Leona o Libia hay jóvenes que están drogados por sus propios líderes. Es muy fácil correr ese riesgo de muerte, desgraciadamente.
# ¿Usted ha visto la muerte cerca?

Muchas veces, porque a uno le acompañan los soldados locales, que no tienen ninguna preparación militar y no conocen bien el terreno. No saben dónde ir. Sientes que no puedes hacer nada, que no tienes defensa. Es una soledad terrible. Te sientes, no sólo como un hombre blanco rodeado de hombre negros, sino como de otra civilización. Mucha incomunicación y mucha soledad. Muchas veces no sabes qué hacer.
# ¿Cómo fueron las guerras de Irak y Afganistán?

Son otro tipo de guerras, aunque también muchos colegas pierden la vida allí. Pero esas guerras de Iraq y Afganistán son diferentes de las africanas: el Estado Mayor norteamericano trata de mantener a los periodistas fuera del campo de batalla. Es una doctrina norteamericana: antes de la acción hay que limpiar el terreno, los bombardeos. Por eso no permiten a los periodistas investigar antes. Esos periodistas están en hoteles y sólo les dan los comunicados oficiales. Eso no es periodismo. En la guerra de Iraq, que fue en la primera en la que se aplicó esa doctrina, me fui, porque eso es el fin del periodismo guerra. En esas circunstancias, el periodista no puede moverse libremente y se convierte en correo postal de comunicados oficiales.
# ¿Está fracasando el periodismo en algunos puntos del planeta, como en Estados Unidos?

En ese sentido sí, porque eso es el fin del periodismo. Todavía hay lugares donde esa doctrina no se aplica y no funciona. A esos lugares, los periodistas de guerra van voluntariamente. Cada uno de nosotros se va por su cuenta y por su responsabilidad. Nadie te puede salvar y nadie te obliga a correr ese peligro. La pasión de esa gente, como Miguel Gil, la dedicación, la voluntad de ir hasta el punto de batalla para conocer la verdad, esa pasión es tan fuerte que uno pone su vida en peligro.
# ¿Qué se siente cuándo uno es un referente ético para muchas personas y muchos periodistas?

Bueno, yo no pienso sobre eso. Yo trato de hacer mis deberes hasta lo que es posible. Hay que trabajar, eso es todo lo que sé hacer. Nuestra profesión requiere un sentido de suma responsabilidad. Toda guerra está siempre vinculada a la mentira. Ambos lados mienten y exageran.
# ¿Cómo debe ser el periodista del siglo XXI?

Se diferencia del siglo XX en el sentido técnico. Antes el periodista cuando se iba a una guerra tenía libertad para moverse. Dependía mucho de su talento, de su validez. Ahora, como tenemos teléfonos móviles o Internet el jefe de redacción sabe mucho más lo que está pasando. El periodista destacado en un lugar sabe lo que ve, mientras que el jefe, que está en Madrid o Roma, tiene la información de varias fuentes. Al final, el periodista, en vez de llevar a cabo sus investigaciones, se dedica a confirmar lo que el jefe le pide desde la redacción. El sentido del trabajo ha cambiado mucho.
# Para ser buen periodista, ¿hay que ser buena persona?

Sí, yo estoy muy seguro de esto. Nuestro trabajo depende mucho de otra gente. Es una obra colectiva. Nosotros sólo apuntamos voces y opiniones de la gente. Si nuestras fuentes no quieren hablar con nosotros, no conseguiremos información.